Quienes somos...

Desde Tucumán, el “jardín de la república para algunos, “ tierra de combates para otros”,  nos sumamos a la “troskósfera” para dar batalla contra la ideología de la clase dominante. Esto no es poca cosa, partimos de la “necesidad” de incentivar el debate, reflexión y que escriban militantes y activistas locales. Pero además queremos  aportar desde una provincia que vio emerger al poderoso movimiento obrero azucarero, cuya combatividad y capacidad de organización desde las bases fueron atacados desde sus inicios por el propio Perón; provincia de grandes gestas estudiantiles y memorables puebladas, que fue considerada el “foco” de la revolución argentina por la izquierda guerrillera. Pero que fue también la avanzada de la reacción, con su “Operativo Independencia”, preámbulo de una implacable dictadura que tuvo al genocida Bussi al mando hasta bien entrada la década del noventa, cuando también comandaba la "transición democrática".
La tarea no es sencilla. Como alguna vez dijo un conocido marxista alemán “…tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando este venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer”. La clase dominante ha prestado especial atención en sus esfuerzos por enterrar la tradición histórica del proletariado tucumano. Para ello le fue necesario un enorme despliegue represivo sobre las organizaciones del movimiento obrero y estudiantil, la intervención de escuelas y universidades, y una estricta regimentación de la vida privada a través del binomio Ejército-Iglesia, que hoy se hace pesar con fuerza en la vida cotidiana de los provincianos  y  “reaparece” en  cada lucha que se da por demandas democráticas (como el derecho al aborto, matrimonio igualitario, educación sexual etc.).
Bajo el gobierno del kirchnerista  Alperovich la dictadura del capital goza de todos los privilegios arrancados a sangre y fuego por la dictadura. Los empresarios golpistas amasan fortunas mientras acá se  pagan los peores salarios del país, con trabajo semiesclavo e infantil en el campo  y con el trabajo temporario en la industrias más importantes del azúcar y el citrus; un puñado de 200 terratenientes concentran el 82% de las tierras, y la construcción (fuente de negocios para las empresas del gobernador) está destinada a los countries y barrio privados de los ricos, mientras decenas de miles de familias tucumanas no tienen siquiera acceso a una vivienda; y la juventud (con o sin estudios) está condenada a los trabajos más precarizados o directamente al desempleo. 
La dictadura se replegó pero el aparato represivo sigue intacto, mutando. No es casual que con uno de los más altos índices de desempleo y trabajo en negro, contemos con uno de los niveles más altos de policías por habitante del país (policía entrenada  por el Malevo Ferreira) y es base regional de la Gendarmería Nacional. Tampoco es casualidad el enorme despliegue de un inmenso aparato de contención social en los barrios pobres, que le “cuesta” al gobierno un tercio de su presupuesto, donde las mafias de punteros e intendentes que administran los bolsones, planes, y viviendas, tratan de evitar cualquier desborde popular, aunque sea a los “tiros”. Y qué decir de la burocracia sindical traidora, que en las antípodas de las mejores tradiciones clasistas de los sindicatos que hoy comandan, integran invariablemente las listas de los partidos patronales en alguna de las colectoras que comparten con los punteros barriales.
Estamos convencidos que todo  esto no  será suficiente para impedir una nueva oleada revolucionaria de los explotados del campo y la ciudad. Un primer síntoma fueron  las huelgas y movilizaciones masivas de los trabajadores autoconvocados de la salud, las intermitentes luchas de los cosecheros y empacadores de UATRE, que el año pasado impusieron un paro a la burocracia y recientemente la brutalmente reprimida ocupación de tierras  por parte de familias autoorganizadas en Villa 9 de Julio.
La crisis capitalista ya está tocando las puertas de Argentina  dando sus primeros pasos desde el norte, con despidos y suspensiones en la industria textil.  
No caben dudas, el “Jardín de la República” se convertirá en “zona volcánica”, y en el fragor de la lucha el movimiento obrero y estudiantil forjará sus armas y recuperará sus mejores tradiciones combativas. Sabemos que el enemigo es poderoso y es por eso que la construcción de un partido revolucionario se vuelve necesidad imperiosa, para eso nos preparamos los militantes revolucionarios del PTS.